planes de la cámara de comercio
Buscando un futuro en Alemania
ABC recaba diversos testimonios de jóvenes que han emprendido un programa de formación dual en Alemania
Hacer las maletas y marcharse fuera de España en busca de un empleo es una decisión que cada vez toman más cordobeses, sobre todo, jóvenes. Según los datos publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), el número de emigrantes que salieron de la provincia para ir a otro país de forma permanente ascendió en 2013 a 2.341. De todos ellos, 318 eran naturales de Córdoba y el resto, extranjeros. En total, se calcula que la cifra de cordobeses en el exterior alcanza este año los 18.281, casi un 5 por ciento más que en 2013.
Entidades como la Cámara de Comercio llevan algunos años trabajando en iniciativas para facilitar a los jóvenes su entrada en otros países para trabajar. En el caso del organismo cameral, desde 2013 colabora con su homóloga en la localidad alemana de Nuremberg y el Gobierno germano en un Programa de Formación Profesional Dual, por el que se posibilita de manera gratuita que un nutrido grupo de jóvenes puedan desplazarse a tierras teutonas, donde se combinan las clases teóricas con prácticas remuneradas en empresas acogidas al plan.
En las dos primeras ediciones de este proyecto fueron 44 personas las que se inscribieron. Solo tres de ellos han vuelto a España, y todos por motivos de enfermedad. Este año se ofertan 30 plazas, todas ellas para trabajar en hoteles de tres estrellas o como técnico informático. ABC ha contactado con jóvenes que se apuntaron a este programa para que cuenten su experiencia vital y laboral en Alemania.
Juan Machuca, 29 años: «Mi empresa me trata con mucho respeto»
«Me fui de España porque allí había inexistentes posibilidades de trabajo, salvo prácticas con nula remuneración económica, aunque sí reconocimiento». Así justifica Juan Machuca, un joven cordobés diplomado en Informática, su marcha a Alemania hace menos de seis meses. Actualmente está trabajando para una empresa de soluciones informáticas para todo tipo de dispositivos, como ordenadores o teléfonos móviles. Para este profesional, todo han sido ventajas desde que está en Nuremberg. «Aquí se me trata con mucho respeto, se reconoce todo lo que hago, se me permite asistir a reuniones de diseño, se toman en cuenta mis opiniones e ideas, y se me da formación adicional en el idioma y en mi especialidad», señala. Juan Machuca reconoce que regresar a Córdoba es una posibilidad remota por ahora.
María Isabel Castillo, 23 años: «No creo que vuelva; aquí es fácil encontrar empleo»
Aunque es natural de la localidad granadina de Cortes de Baza, esta joven ha recibido casi toda su formación en Córdoba con su licenciatura en Traducción e Interpretación y un Máster de Comercio Exterior e Internacionalización por la Universidad de Córdoba (UCO). Residente en Alemania desde hace poco más de un año, María Isabel hizo las maletas para «aprender un nuevo idioma, adquirir bagaje laboral y vivir una nueva experiencia en otro país, para así poder tener un futuro mejor». Su actividad la desarrolla en una empresa en Nuremberg que colabora con la Cámara de Comercio de Córdoba en el Programa de Formación Profesional Dual. «Me alegro de haber tomado la decisión de venirme a Alemania, ya que estoy adquiriendo experiencia laboral y, a la vez, aprendiendo un nueva lengua», afirma convencida. A corto plazo no piensa regresar a España.
Rafael Cañada, 31 años: «Me fui porque no tenía buenas condiciones laborales»
Este joven natural de Priego de Córdoba, diplomado en Turismo y Ciencias Empresariales, decidió marcharse a Alemania en julio de 2013 «en busca de una oportunidad laboral que se ajustase a mis expectativas y que en España era incapaz de encontrar». «En Córdoba había tenido ya varios empleos, aunque habían sido trabajos para los que estaba sobrecualificado y en los que no tenía unas buenas condiciones laborales, sobre todo en el sector de la hostelería como camarero y recepcionista», agrega. Actualmente trabaja en la Cámara de Comercio de Nuremberg, donde ha firmado un contrato de tres años de duración por el que cobra algo más de 800 euros mensuales. Este joven prieguense se muestra seguro de que, al terminar esa vinculación laboral en 2016, encontrará un trabajo en tierras germanas. «Aquí apenas hay paro», asegura.