elecciones municipales
El 24M de Andalucía, en siete claves encadenadas
Los andaluces deciden hoy el futuro de sus Ayuntamientos ante la sombra de los pactos y la fragmentación política
La suerte está echada. 6.369.112 andaluces votan hoy domingo para elegir a 9.000 concejales de 775 municipios. Las elecciones municipales más abiertas de los últimos tiempos se celebran hoy domingo bajo un sinfín de interrogantes. Eclosión de formaciones emergentes frente al desgaste del PP y el PSOE; estabilidad frente a pactos; personas frente a marcas de partido… Andalucía acude a las urnas por segunda vez en el año con un panorama parecido al que vivió en marzo, aunque con la duda de cómo afectará el componente local a su decisión.
1. El desagüe del PP. Gobierna las ocho capitales andaluzas con mayoría absoluta y cinco diputaciones de ocho. Es sin duda el rival a batir. El Partido Popular obtuvo en las municipales de hace cuatro años su primer triunfo electoral en Andalucía sobre el PSOE. Parecía entonces la primera etapa del seguro camino hacia la Presidencia de la Junta. El fiasco de marzo de 2012 dejó claro que el apabullante apoyo conseguido aquel 20 de mayo de 2011 se debió más al castigo al presidente Rodríguez Zapatero que a una «conversión» real de toda Andalucía hacia el PP. Se da por descontado que el PP reducirá su nivel de respaldo popular, teniendo en cuenta además el descontento por las medidas impopulares dictadas desde el Gobierno para remontar la crisis y la desafección de muchos de sus votantes. Pero, ¿hasta dónde llegará el desagüe de votos? ¿Será paralelo a la debacle de las autonómicas o el tirón de los alcaldes logrará amortiguar la caída?
2. Marcas personales frente a las alicaídas siglas del PP. Los alcaldables populares han escondido sus siglas, han tratado de que los líderes nacionales aparecieran poco por la campaña. Se han intentado diferenciar de ellos hasta llegar a términos esperpénticos, como el «a quien tenéis que analizar es a mí, no a Rajoy ni a Cospedal; yo no soy Gürtel» del candidato en Vélez-Málaga. Que el descontento con Rajoy les manchara lo menos posible. Confían en que su testado tirón personal y el respaldo a su gestión pueda ser suficiente para revalidar sus mayorías absolutas o al menos conseguir una mayoría amplia que les permita formar gobierno aunque sea en base a pactos. Ahora bien, el grado de contento de cada una de las ciudades con sus respectivos alcaldes no es el mismo en todas. Circunstancia que puede facilitar el auge de las formaciones emergentes.
3. El segundo envite al bipartidismo. El primer «test» fueron las elecciones andaluzas, una cita adelantada por obra y gracia de la presidenta Susana Díaz, cuyo resultado aún la tiene pegada al apellido «en funciones». Podemos y Ciudadanos irrumpieron con fuerza (24 escaños entre ambos) en el Parlamento Andaluz. Hoy la cita es más amplia y estamos ante la gran prueba del aguante de las dos formaciones políticas que han marcado la pauta desde el inicio de la Democracia. Menos trascendente en el medio rural (en la provincia de Granada por ejemplo en el 60% de los municipios sólo se puede votar a PSOE y PP ). Pero especialmente importante será lo que pase en los núcleos de mayor población, donde se espera mayor apoyo a las nuevas fuerzas. ¿Para qué terminará sirviendo el voto a Ciudadanos o las marcas blancas de Podemos?
4. La investidura autonómica. Muchos vislumbran en el bloqueo a la investidura de Susana Díaz, dos meses ya con un gobierno en funciones, como un adelanto a lo que viene. Una gran inestabilidad municipal si se cumple el vaticinio del fin de las mayorías absolutas. La resolución a este embrollo está detrás de todo. ¿En qué medida se interrelacionará el presumible desbloqueo del marasmo andaluz tras el 24M y la gobernabilidad en los municipios? ¿Quiénes serán los verdaderamente relevantes a la hora de formar gobiernos?
5. El papel de Ciudadanos. Todas las encuestas los sitúan como las «llaves» de la gobernabilidad en los principales Ayuntamientos. Habrá que testar, resultados en mano, si el voto conservador que apoyó a la formación naranja en las autonómicas persevera en su respaldo, ante el peligro de perder las Alcaldías y los continuos gestos de acercamiento de Juan Marín al PSOE de Susana Díaz. De terminar siendo claves, los candidatos de Ciudadanos ya han expresado cuáles serán sus «líneas rojas» municipales : el pacto anticorrupción y tijera contra las designaciones de cargos «a dedo». Sí parece que la irrupción del partido de Albert Rivera hace que por vez primera el PP pudiera tener una muleta a la que asirse en el caso de no obtener mayorías absolutas. El fin del «cordón sanitario». Pero eso está por ver. ¿Apoyarán a los candidatos populares en el caso de que sus candidaturas terminen siendo las más votadas?
6. Los otros pactos posibles. A tenor de los sondeos la clave está en lo que haga Ciudadanos. Pocos dudan que, de ser posible y aunque también dependa de acuerdos para la investidura autonómica, el PSOE intentaría abrazarse a las otras dos formaciones de izquierda en liza (IU y las «franquicias» de Podemos, para arrebatar las Alcaldías al PP. Andalucía tiene una larga lista de experimentos de «pactos perdedores» con bipartitos y tripartitos. ¿Llegarán a darse cuatripartitos para expulsar a los alcaldes populares?
7. Renovación generacional. Tanto si terminan la noche como alcaldes como si no, parece claro que ésta ha sido la última vez que hemos visto a algunos de los actuales alcaldes populares en los carteles electorales. El PP ha presentado en Málaga, Huelva, Granada y Cádiz a candidatos en edad de estar ya jubilados con larga trayectoria a sus espaldas. Si no ganan, podrían coger la puerta. Pero aunque lo hagan, parece obligada una «operación renove» seguramente a mitad de mandato pensando en 2019.
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