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Guerra abierta entre la juez Alaya y su sustituta por controlar las macrocausas

La batalla entre Mercedes Alaya y María Núñez Bolaños por hacerse con los ERE trasciende lo meramente judicial

Guerra abierta entre la juez Alaya y su sustituta por controlar las macrocausas vanessa gómez

mercedes benítez

La inminente toma de posesión de María Núñez Bolaños como titular del juzgado de Instrucción numero 6 de Sevilla implica teóricamente la marcha de Mercedes Alaya a su nueva plaza de la Audiencia Provincial de Sevilla. Sin embargo, la petición realizada por la juez al CGPJ para obtener una comisión de servicios y, por tanto, quedarse más tiempo en el juzgado para terminar las causas de los ERE, los cursos de formación y los avales, choca con la intención de la nueva magistrada de hacerse con el órgano del que será titular en unas semanas y también con las macrocausas de corrupción.

Se trata de una batalla que no solo se está librando en los tribunales sevillanos. Ni siquiera es solo una batalla profesional, de una parte el prurito de Mercedes Alaya de terminar las macrocausas y de otro el deseo de María Núñez Bolaños de ejercer su derecho como futura titular de ese órgano y también como juez natural a hacerse cargo de las diligencias que se instruyan en ese órgano. Ese frente es importante porque se trata de dos mujeres dotadas de un fuerte carácter que, en caso de coincidir en el mismo órgano, tendrán sus diferencias sin duda. «Será un choque de trenes», dicen fuentes judiciales que recuerdan que Alaya ya tuvo sus roces con la juez de adscripción territorial Ana Rosa Curra. Pero hay más .

No es solo una lucha entre ambas. Es algo que va más allá y que se está librando en otras esferas . En la política porque a nadie se le oculta que la Junta de Andalucía lleva años deseando librarse de la magistrada que provocó la caída del mismísimo expresidente José Antonio Griñán y, después de que la propia Alaya pidiera voluntariamente su traslado a la Audiencia Provincial de Sevilla, no le interesa que siga en su juzgado instruyendo macrocausas de corrupción. Y más cuando los cuatro exconsejeros han perdido el aforamiento y los dos expresidentes de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán están a punto de hacerlo y pueden pasar del TSJAy el TS respectivamente a la jurisdicción de la propia Mercedes Alaya.

Seguramente por eso no ha pasado desapercibida la amistad de la futura juez titular María Núñez y su esposo con el consejero de Justicia en funciones, Emilio Lle ra, y tampoco el hecho de que ésta solo se decantara por el juzgado número 6 como destino frente a los otros aspirantes que pidieron también otras vacantes en otros órganos judiciales similares. Y que su petición llegara en el último minuto cuando se daba por hecho que la plaza sería para el juez Alvaro Martín.

Pero la batalla también se está librando en el Consejo General del Poder Judicial. En el máximo órgano de poder de los jueces nada se escapa a un reparto de poderes en el que entran en juego otros factores que poco o nada tienen que ver con lo estrictamente jurídico . Y más teniendo en cuenta que, dentro del propio CGPJ también hay un reparto de vocalías en representación de los partidos políticos. Y también hay división de opiniones sobre si Alaya debe o no continuar en comisión de servicios. Esa división de criterios, según fuentes judiciales, ha llegado incluso al PP. En el seno de esta formación hay quien quiere que Alaya siga en su juzgado pero también los hay que no están tan a favor porque creen que lo principal es que se culmine la instrucción de una vez por todas.

En cualquier caso, será el CGPJ el que diga la última palabra sobre la petición de Alaya, un escrito que no se ha hecho público pero en el que, además de pedir quedarse para terminar las diligencias previas de los ERE, los avales de IDEA y los cursos de formación, la juez se defiende con otros ataques .

Según fuentes judiciales, la instructora de los ERE recuerda en ese escrito que ella es la que mejor conoce esas macrocausas , repasa el trabajo que ha realizado durante estos años y hace hincapié en la complicación de tan voluminosos sumarios. Pero también lanza sus propios dardos insinuando que el resto del juzgado, ahora en manos de Alvaro Martín, tiene ahora más diligencias acumuladas que cuando ella lo llevaba sola . Algo que, de ser así, tendría otra lógica explicación: la mayoría de los funcionarios se dedican casi «full time» a las macrocausas y no les queda tiempo para los asuntos ordinarios.

Entretanto la pasada semana hubo movimientos. Núnez Bolaños, cuyo juzgado de familia se ubica en la avenida de la Buhaira, estuvo en el Prado donde fue fotografiada a su llegada aunque no trascendió el motivo de su visita.Es obvio que alguna relación con su futuro destino debió tener. Ymás por la inminencia del desenlace de esta batalla. Parece que el TSJA no se pronunciará esta semana sobre la petición de la comisión de servicio pero sí podría hacerlo el CGPJ el jueves sobre los refuerzos de los que dispondrá finalmente el juzgado . Es decir, primero el CGPJ debe decidir si habrá un juez titular, dos en comisión de servicios y uno de adscripción territorial. Y, una vez resuelto el escollo de cuántos jueces quedan, decidir si esa comisión se la dan a la propia Alaya o a otro. Todas las opciones son posibles. Pero, sea como sea, la juez ha dicho a los suyos que ella se queda para terminar . ¿Será realidad o deseo?. El desenlace, en breve.

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