Susana Díaz se reconcilia con la cigüeña

«La cigüeña y yo no nos llevamos bien». Era la contestación que solía dar Susana Díaz cuando salía a colación el tema de su maternidad. Sin embargo la presidenta de la Junta de Andalucía, que nunca ha ocultado sus deseos de ser madre, ha superado todos los obstáculos y a sus 40 años se encuentra embarazada de tres meses largos y dará a luz el próximo mes de julio . Díaz, que comienza a ponerse ropa suelta para que no se le note la barriguita (al menos en las fotos) está contenta. Se le nota en la cara de felicidad y en la permanente sonrisa que muestra.

Después de años intentándolo y de haber visitado a especialistas (la sanidad pública andaluza deja fuera de los tratamientos a las mujeres a partir de los 40) la mujer con más poder de todo el PSOE, que rompió el techo de cristal al convertirse en la primera en llegar a la presidencia de la Junta, podría ser también la primera en dar a luz en el Palacio de San Telmo-sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía si gana las elecciones. La socialista será además la primera candidata en protagonizar una campaña y concurrir a unas elecciones embarazada , quizás un aliciente más para una mujer a la que le gusta pasear por las calles y sentir a la gente de cerca.

Aunque es excesivamente celosa de su intimidad , se conocen algunos detalles que dan una idea de su personalidad. Se trata de una mujer curtida en política, muy sevillana y muy bética y que presume de barrio. «Que yo soy de Triana», le ha espetado a más de un político si se ha terciado. Y de hecho sigue paseando por la orilla derecha del Guadalquivir. Le gusta acudir a la peluquería de siempre y mezclarse con los suyos. O tomarse una cerveza en cualquier bar del Tardón . Si la dejan, claro porque la mayoría de las veces no paran de saludarla y pedirle «selfies».

Pero la hija del fontanero (como ella se califica) también presume de haber estudiado gracias al sistema de becas que puso en marcha el PSOE, que también trabajó como distribuidora de Avón y que fue catequista de joven, es una mujer muy familiar . Dicen que a veces le hace la compra a sus padres y que, en cuanto tiene un rato, se acerca a ver a sus hermanas (una de ellas azafata del AVE) y a sus sobrinos con los que le encanta jugar y que estuvieron presentes en su toma de posesión. Uno puede encontrársela un fin de semana paseando por las calles de Chipiona (la playa de los sevillanos) o comprando en unos grandes almacenes con su madre.

Ahora con una campaña electoral en ciernes sigue trabajando durante maratonianas sesiones y pese a su estado, lo mismo da un mitin que tiene una reunión o lo que se tercie. Eso sí, después de esas largass jornadas hay veces que, cuando llega a su despacho del Palacio de San Telmo se quita los tacones y se pone unas zapatillas. Para estar más cómoda. Luego, cuando llega a su casa se encuentra con su «Moriche», su marido bético y costalero con el que se casó ante la Esperanza de Triana y que mientras ella trabaja hasta las tantas se entretiente viendo episodios de la serie «Mentes Criminales». Pero esa es otra historia.